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lunes, 22 de marzo de 2010

Pederastia, el fuego de la traición católica

PRENSA LATINA


22 de marzo de 2010, 10:37Dublín, 22 mar (PL) Un fuerte terremoto sacude por estos días los cimientos de la Iglesia Católica, sólida y milenaria institución que pregona su autoridad moral, basada en los preceptos cristianos.

  Las denuncias de miles de casos de abusos sexuales y físicos en instituciones religiosas de Irlanda es una vergüenza que también salió a la luz con décadas de retraso en Alemania, Austria, Holanda, España y Suiza.

Tres investigaciones realizadas por el gobierno irlandés sobre las arquidiócesis de Dublín, la de Ferns y la desaparecida red de escuelas católicas de oficios para niños menesterosos, documentaron los abusos infantiles.

El informe publicado el pasado año desató el escándalo al revelar el silencio cómplice de las autoridades eclesiásticas de este país con la policía y la justicia en 35 mil casos de pederastia clerical católica desde 1930 a 1990.

Después de las denuncias varios obispos acordaron dimitir, otros se negaron y en tres casos el Papa rechazó la renuncia, en un acto por mantener "el prestigio de la Iglesia".

El nuncio apostólico, monseñor Giuseppe Leanza, fue criticado duramente luego de conocidos los intentos frustrados de la comisión investigadora de acceder a todos los documentos del clero sobre los abusos sexuales en la principal arquidiócesis de Irlanda, en poder del Vaticano.

Al decir de expertos en asunto religiosos, muchas personas tienen la percepción de que la Iglesia intenta protegerse a sí misma, más que ayudar a las víctimas de los abusos, "por lo que el Papa corre el peligro de ser parte del problema y no de la solución". En días recientes, el cardenal de Irlanda, Sean Brady, reconoció haber solicitado a dos niños, de 10 y 14 años respectivamente, mantener en silencio los abusos sexuales de que fueron objeto en 1975 por parte del cura Brendan Smyth, declarado posteriormente culpable de decenas de atropellos de ese tipo.

Un comunicado emitido por la Iglesia Católica irlandesa señala que los menores fueron obligados a firmar un juramento para evitar la apertura de una investigación interna, ante la posibilidad de reunir otras denuncias que cuestionaran a la institución religiosa.

En la nota, las autoridades eclesiásticas no explican por qué el cardenal Brady -entonces sacerdote- o sus superiores no informaron a la policía sobre estos hechos, dejando el camino libre a Smyth para que continuara abusando de otros niños.

El jerarca católico irlandés aseguró, en una especie de mea culpa est, que obedeció entonces las órdenes de su obispo, independientemente de no existir en esa época pautas sobre cómo actuar en tales casos.

Durante un encuentro reciente con obispos irlandeses, en el que estuvo también Brady, el Papa Benedicto XVI sentenció que el abuso sexual contra los niños es "un crimen abominable que ha contribuido al debilitamiento y la pérdida de la fe en Dios, poniendo en crisis a la Iglesia Católica".

Sin embargo, las víctimas irlandesas dicen sentirse decepcionadas por el contenido de la pastoral del Sumo Pontífice a sus fieles en esa nación europea. "Sentimos que la carta se queda corta a la hora de tratar las preocupaciones de los martirizados", alegan.

Según Maeve Lewis, directora ejecutiva de One in Four (Uno de cada cuatro), organización que aglutina y ayuda a los violados, el Papa critica sobre todo a los curas irlandeses de bajo rango y olvida la responsabilidad del Vaticano en los abusos sexuales de menores cometidos por sacerdotes en todo el mundo.

Hasta el presente, la Santa Sede no ha emitido declaración alguna en relación con las denuncias presentadas por más de 250 ex seminaristas alemanes, quienes aducen haber sido víctimas de abusos físicos o sexuales.

Lo casos de pederastia que implican a congregaciones religiosas de Alemania ocurrieron entre las décadas de los años 50 y 80 del pasado siglo, aunque posteriormente se denunciaron sucedidos desde 1995.

Uno de los tristes episodios apunta al Coro de los Gorriones, de la Catedral de Ratisbona, donde algunos menores sufrieron maltratos sexuales, y fue dirigido entre 1964 y 1994 por monseñor George Ratzinger, hermano del Papa Benedicto XVI.

Frente a tales acusaciones, el prelado dijo no tener conocimiento sobre esos hechos, pues las denuncias corresponden a fechas anteriores a su entrada como director del coro.

No obstante, reconoció haber abofeteado en alguna ocasión a los niños de esa antigua y célebre agrupación coral.

Según el analista, Christopher Landau, nunca antes un escándalo sobre abuso sexual contra menores, protagonizado por sacerdotes católicos, tuvo vínculo directo con un Papa en funciones, de ahí que la crisis actual sea tan perjudicial para la Iglesia.

Aunque la Santa Sede manifestó que el Pontífice no conocía nada sobre cómo fueron manejados los episodios de abusos, para muchas personas esa respuesta no resulta suficiente, sentenció Landau.



asg/oda/npg

1 comentario:

  1. Sean Brady debe usted de marcharse rápidamente, si tuviera vergüenza lo haría sin esperar a que Benedicto XVI se lo pida. Ya debió en su día acudir a la policía y porque no lo hizo, desde ese momento, se convirtió en un encubridor. Mientras usted no hacía nada y siendo sabedor de lo que pasaba aceptó de buen grado que niños inocentes fueran violentados, es usted tan pederasta como el autor del crimen. ¡VÁYASE YA!

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