Un registro anómalo, iniciado con la excusa de otro caso
En torno al ex presidente del banco del Vaticano (IOR), despedido de modo fulminante y con cajas destempladas el pasado 24 de mayo, empiezan a suceder cosas extrañas.
Un curioso registro en su casa, teóricamente en busca de documentos de otra persona, ha llevado a la incautación del material que Ettore Gotti Tedeschi había conservado respecto a sus tres años de gestión al frente del Istituto per le Opere di Religione (IOR).
El banquero estaba preparando un informe para explicar al Papa los verdaderos motivos de su abrupta destitución: el choque con algunos cardenales opuestos a la transparencia bancaria.
El intento de ajustar el Estado del Vaticano a las normas del Consejo de Europa para entrar en la «lista blanca» oficial de países en que no se practica el lavado de dinero ni la financiación del terrorismo termino en la defenestración de un banquero que, por su carácter extrovertido y hablador, resultaba incómodo.
El pasado martes a las 5.25 de la mañana, cuatro «carabinieri» del Núcleo Operativo Ecológico -que se ocupa habitualmente de delitos medioambientales- se presentaron en la casa de Ettore Gotti Tedeschi, cerca de Milán, para llevar a cabo un registro en busca de documentos de otra persona: su amigo Giuseppe Orsi, presidente y consejero delegado de Finmeccanica, el holding de las industrias militares del Estado italiano, indagado por presunta corrupción a lideres extranjeros cuando era consejero delegado de la empresa de fabricación de helicópteros Agusta Westland.
Incautación de documentos
El presidente del holding de industrias militares consideró «delirante la idea de que yo haya confiado a la custodia de Ettore Gotti Tedeschi documentos de Finmeccanica relativos a investigaciones judiciales por contratos en India o Panamá».
A falta de documentos sobre el caso de corrupción internacional de Finmeccanica -que investigan los dos fiscales de Nápoles autores de la orden de registro-, los «carabinieri» procedieron a incautar y fotocopiar centenares de documentos de Ettore Gotti Tedeschi sobre la administración del banco del Vaticano.
El registro, iniciado en su domicilio de Piacenza, se extendió a su casa de campo de San Polo y a su oficina de Milán, ciudad donde ha dirigido durante años las actividades del Santander en Italia.
Inmediatamente, el fiscal de Roma, Giuseppe Pignatone, acudió a Milán acompañado de uno de sus ayudantes, Nello Rossi, responsable de las investigaciones sobre el IOR que llevaron en su día al secuestro provisional de 23 millones de euros pero que atravesaban una fase de somnolencia en los últimos meses.
El hecho de que los dos fiscales romanos terminasen interrogando a Gotti Tedeschi a raíz de un registro sobre un caso, en el que ni siquiera es indagado, desato la lógica alarma entre los políticos.
Tres diputados del centro derecha han presentado una interrogación parlamentaria a la ministra de Justicia, Paola Severino, para aclarar si se han respetado los derechos del banquero y «si la magistratura italiana intenta entrometerse en las actividades de un organismo de un Estado extranjero», es decir, el Estado del Vaticano.
No hace falta esperar a la respuesta de la ministra. Ya lo ha hecho. Lo que todavía no se sabe es por cuenta de quién.
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