De Corazón a corazón: Jon 1,1-2,11 (Huida de Jonás); Lc 10,25-37 (Parábola del buen samaritano: "Haz tú lo mismo")

Contemplación, vivencia, misión: Dios siempre obra así, ofreciendo su misericordia a quien reconoce su propio pecado y se arrepiente. Jesús es la personificación de la misericordia divina, también y especialmente como "buen samaritano". Algunos pasan de largo, otros prefieren huir del compromiso y evitar los "riesgos". El Señor es capaz de recuperar hasta a los que han huido. Su misericordia no tiene límites y hace posible la recuperación del mismo Jonás, convirtiéndole en un signo preclaro de la muerte y resurrección de Jesús.

*En el día a día con la Madre de Jesús: María es Madre de "la misericordia", es decir, del mismo Jesús. Ella nunca pasa de largo; nuestras penas y alegrías son más suyas que nuestras. Con María se aprende a meditar el misterio de Cristo y experimentar su misericordia.

AÑO DE LA FE: "Quien ha sido transformado de este modo (por el amor) adquiere una nueva forma de ver, la fe se convierte en luz para sus ojos" (Lumen Fidei, n.22). Para Nuestra Sra. del Rosario, ver: Año Litúrgico (fiestas de María). El "Rosario" es un "compendio de todo el evangelio" y el "salterio de la Virgen" (Pablo VI).