De Corazón a corazón: Rom 8,31-39 ("A su propio Hijo le entregó por todos nosotros… ¿Quién nos separará del amor de Cristo?"); Lc 13,31-35 ("¡Jerusalén, Jerusalén!... ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!")
Contemplación, vivencia, misión: Los gestos de Jesús son expresión de sus vivencias más hondas. Él se compara a una gallina que cobija a sus polluelos. Es su amor tierno de "madre" que se traduce en cercanía, llevarnos en su corazón, dar la vida. Es su "sacerdocio" (mediador por el sacrificio de su misma vida), que es desposorio, fraternidad, amistad profunda e irreversible. Realmente, en ese amor de Cristo, el Padre nos ha dado todo. Ya nada ni nadie puede ocupar en nuestro corazón su lugar de amigo, esposo, hermano, "Sacerdote" y Buen Pastor: "¿Quién nos separará del amor de Cristo?"
*En el día a día con la Madre de Jesús: María en "Madre de la unidad" en nuestro corazón, en la Iglesia, en la sociedad humana. Al recordar su Visitación, se aprende que la vivencia de la religión promueve la paz y la armonía entre los pueblos.
AÑO DE LA FE: "La luz de la fe es la de un Rostro en el que se ve al Padre. En efecto, la verdad que percibe la fe es la manifestación del Padre en el Hijo, en su carne y en sus obras terrenas, verdad que se puede definir como la « vida luminosa » de Jesús" (Lumen Fidei, n.30).
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