De Corazón a corazón: 2Sam 7,4-17 ("El Señor te edificará una casa… consolidaré el trono de tu realeza… tu casa y tu reino permanecerán para siempre"); Mc 4,1-20 ("Les enseñaba en parábolas… Salió un sembrador a sembrar").
Contemplación, vivencia, misión: Cercanía y lejanía, es el misterio de Jesús, que comparte nuestra misma vida sin ceder a nuestros caprichos y preferencias achatadas. La semilla del sembrador es él mismo, como Palabra, “buena semilla”, que necesita encontrar “tierra buena”, “un corazón bueno”. No basta tener buenas intenciones como David cuando quería edificar el templo; para el Señor, el mejor templo es el “corazón bueno”, “manso y humilde” como el suyo.
En el día a día con la Madre de Jesús: La "tierra buena" es un "corazón bueno" como el de María, que se deja sorprender por la Palabra de Dios.
*Alegría del Evangelio, renovación misionera: “La Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir… La Iglesia debe aceptar esa libertad inaferrable de la Palabra, que es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y romper nuestros esquemas” (Evangelii Gaudium, n.22)
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