Los ciudadanos comparten los sentimientos de indignación, sorpresa e indefensión al comprobar que, otra vez, vuelve a reincidir en el abuso a menores un pederasta que ha sido detenido en una decena de ocasiones y ha pasado tres largas estancias en prisión
OLGA LÓPEZ TORRES ¿Por qué estaba en libertad un pedófilo que ha sido detenido en una decena de ocasiones y ha pasado tres estancias largas en prisión, siempre por abuso de menores? Tras la noticia de que José León Santos Tornero volvió a abusar de niños después de haber estado implicado en operaciones tan graves como ´Rúber´ o ´Nanysex´, los ciudadanos se preguntan qué está fallando en la Justicia española. «No puede ser que un tipo así realice con normalidad su vida, compartiendo ascensor con mi hijo, si se ha demostrado que cada vez que pisa la calle, vuelve a cometer abusos». Esta opinión de un vecino de Murcia la comparten miles de personas.
Según el abogado Manuel Maza, que en su día defendió a los niños que habían sufrido el acoso de Álvaro Iglesias alias ´Nanysex´, el problema está en que mientras que se realiza el juicio, quedan en libertad provisional, y ahí pueden volver a reincidir. Según el letrado, en delitos como el robo por drogadicción el juez prevé lo que se denomina reiteración delictiva, y toma medidas cautelares para que el delincuente no esté en la calle. Sin embargo, la pederastia no goza de este privilegio, pese a que la alarma social es una de las características que se tienen en cuenta para llevar a cabo estas medidas cautelares, como la prisión provisional, el uso de localizadores permanentes o la visita diaria a un juzgado. El periodo máximo de estancia en la cárcel para los autores de estos delitos es de veinte años, aunque un juez haya dictado una pena mayor.
«Por ejemplo, cuando Álvaro Iglesias, el mayor pederasta de España, salga de la cárcel, tendrá 42 años y, en caso de que no esté rehabilitado, aún tendrá edad para volver a cometer abusos», explica Maza. Si el juez hubiera tenido la sensibilidad que debería, y siempre que hubiera apruebas contra él, podría haber dictado prisión provisional, pero si ya había cumplido su pena no había nada que hacer, si no tenía medidas cautelares como la vigilancia. El nuevo código penal, que estará en vigor en diciembre, sí contempla las medidas cautelares para los pederastas.
En Estados Unidos, cada criminal sexual excarcelado tiene que registrarse ante la policía y hay bases de datos donde cualquiera puede consultar si tiene algún vecino con antecedentes por delitos sexuales. En el Reino Unido también es posible acceder a un registro donde figura de por vida cualquier persona que haya cumplido una pena por delito sexual, y se clasifica según su peligrosidad y el riesgo de que reincida. En este país, se veta el acceso de pederastas a entornos laborales donde abundan los menores, como puede ser un colegio.
Los datos españoles son tan graves como para tomar las medidas que ya se han adoptado en otros países. Hay un 23% de niñas y un 15% de niños que sufren abusos sexuales antes de los 17 años. Sólo acuden a los tribunales dos de cada diez menores que han sufrido abusos. Por otra parte, investigaciones internacionales estiman la reincidencia de pederastas en un 20%.
En este sentido, la psicóloga especialista en abusos a menores Concepción López, asegura que si los padres detectan desviaciones sexuales antes de la adolescencia, los programas para evitar futuros casos de pederastia sí son eficaces.
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