Código canónico no contempla denunciar los casos de pedofilia a las autoridades
2010 no ha sido un buen año para la Iglesia católica. Desde enero la institución hace frente a numerosas acusaciones de pedofilia y de ocultar esos crímenes dentro de sus filas.
Los dos casos más polémicos son las 300 acusaciones en el colegio Regensbug Domspatzen, dirigido durante 30 años por el hermano del Papa, monseñor Georg Ratzinger, y las de THE NEW YORK TIMES que afirman que el papa Benedicto XVI durante sus años como cardenal no respondió a más de 200 quejas de abuso sexual en contra del padre Lawrence Murphy en Estados Unidos.
La mayoría de los miembros de la Iglesia han repudiado el abuso sexual a menores.
Monseñor Luis Armado Tineo, obispo auxiliar de Caracas, señala que este tipo de conducta es "inaceptable en cualquier persona, y menos aun en una persona consagrada, lo cual es más grave".
Pero para la sociedad en general una crítica al abuso no parece ser suficiente, lo que abre la puerta al debate sobre la efectividad del Código de Derecho Canónico en estos casos.
El Canon 1.395 de la normativa religiosa establece que el sacerdote que viole el sexto mandamiento con un menor de 16 años o con violencia " debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera". Sin embargo, no se obliga a reportar el crimen.
Sobre este punto monseñor Tineo agrega que "el Código canónico, que es el que rige a la Iglesia, prescribe que cuando hay una denuncia de estas hay que investigar el caso y salvar el derecho de las víctimas de que ellas pongan su denuncia".
La búsqueda de soluciones
La pederastia no es un problema exclusivo de la Iglesia católica, pese a esto el problema existe y la búsqueda de una solución debe ser inmediata.
José Rodríguez, psicólogo experto en religión de la Universidad de Barcelona, en España, afirma que "hay como 40 prelados, es decir cardenales y obispos, delincuentes sexuales. Que los entreguen al juzgado y a partir de este momento miraremos a la Iglesia de otra manera", apunta.
Monseñor Tineo afirma, por su parte, que se está trabajando para elegir con más cuidado a los seminaristas con la aplicación de "más tests psicológicos, conociendo más al candidato, averiguando su entorno familiar y haciéndole un seguimiento muy cercano".
Aunque la crisis no parece haber afectado el número de feligreses (11,54% más en comparación con el año 2000), las numerosas protestas y críticas son un fuerte llamado de atención sobre las políticas de la Iglesia. Queda en manos del Vaticano decidir escucharlo o no.
Los dos casos más polémicos son las 300 acusaciones en el colegio Regensbug Domspatzen, dirigido durante 30 años por el hermano del Papa, monseñor Georg Ratzinger, y las de THE NEW YORK TIMES que afirman que el papa Benedicto XVI durante sus años como cardenal no respondió a más de 200 quejas de abuso sexual en contra del padre Lawrence Murphy en Estados Unidos.
La mayoría de los miembros de la Iglesia han repudiado el abuso sexual a menores.
Monseñor Luis Armado Tineo, obispo auxiliar de Caracas, señala que este tipo de conducta es "inaceptable en cualquier persona, y menos aun en una persona consagrada, lo cual es más grave".
Pero para la sociedad en general una crítica al abuso no parece ser suficiente, lo que abre la puerta al debate sobre la efectividad del Código de Derecho Canónico en estos casos.
El Canon 1.395 de la normativa religiosa establece que el sacerdote que viole el sexto mandamiento con un menor de 16 años o con violencia " debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera". Sin embargo, no se obliga a reportar el crimen.
Sobre este punto monseñor Tineo agrega que "el Código canónico, que es el que rige a la Iglesia, prescribe que cuando hay una denuncia de estas hay que investigar el caso y salvar el derecho de las víctimas de que ellas pongan su denuncia".
La búsqueda de soluciones
La pederastia no es un problema exclusivo de la Iglesia católica, pese a esto el problema existe y la búsqueda de una solución debe ser inmediata.
José Rodríguez, psicólogo experto en religión de la Universidad de Barcelona, en España, afirma que "hay como 40 prelados, es decir cardenales y obispos, delincuentes sexuales. Que los entreguen al juzgado y a partir de este momento miraremos a la Iglesia de otra manera", apunta.
Monseñor Tineo afirma, por su parte, que se está trabajando para elegir con más cuidado a los seminaristas con la aplicación de "más tests psicológicos, conociendo más al candidato, averiguando su entorno familiar y haciéndole un seguimiento muy cercano".
Aunque la crisis no parece haber afectado el número de feligreses (11,54% más en comparación con el año 2000), las numerosas protestas y críticas son un fuerte llamado de atención sobre las políticas de la Iglesia. Queda en manos del Vaticano decidir escucharlo o no.
Carmen M. Rodríguez T.
EL UNIVERSAL
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