De Corazón a corazón: Hech 1,1-11 ("Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo… seréis mis testigos… así vendrá"); Ef 1,17-23 ("Le constituyó cabeza… de su Iglesia"); Mt 28,16-20 ("Id… estaré con vosotros")
Contemplación, vivencia, misión: Nuestra vida está injertada en la misma vida de Cristo. Ya no estamos solos. Ocupamos un puesto peculiar en su Corazón, participando de su misma vida. Él ya comparte con nosotros su glorificación. Quiere seguir construyendo la historia por medio de nosotros, que somos su familia (su "Iglesia"), su "complemento", la visibilidad de su donación.
* En el día a día con la Madre de Jesús: Para vivir esta realidad, hay que aprender a pasar días de "cenáculo" "con María la Madre de Jesús" (Hech 1,14), revisando la propia vida e implorando el Espíritu Santo.
*Alegría del Evangelio, renovación misionera:"A la Madre del Evangelio viviente le pedimos que interceda para que esta invitación a una nueva etapa evangelizadora sea acogida por toda la comunidad eclesial" (Evangelii Gaudium, n.287). Ver Domingo séptimo de Pascua en Año Litúrgico. JMCS: "Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro")
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